“Para entender que va a pasar con el sector hay que mirar que va a pasar con nuestros clientes”, destacó un importante analista a Ámbito. En este sentido, adelantó que “se espera un buen año para todos los rubros a los que proveemos”.
El escenario número uno que plantea ADIMRA estipula un crecimiento del 11%. Para que esto suceda deberían tener un desempeño positivo el autopartismo, la construcción y la maquinaria agrícola.
En el caso del sector automotriz las perspectivas son buenas. La mayor integración nacional, la administración del comercio y las restricciones que para acceder al dólar ahorro podrían acelerar su recuperación que ya está en marcha. En enero el crecimiento en las unidades producidas fue del 17,5% respecto del primer mes de año pasado, y en las exportadas alcanzó el 37%.
La construcción también anticipa una recuperación. “La brecha afectará positivamente en la demanda del ladrillo porque en términos relativos tendrá un costo bajo frente al dólar”, explicó el analista consultado por este medio. Según una encuesta a grandes empresas del sector, más de un tercio que se dedica a la obra pública y privada espera que la actividad aumente en los próximos meses, mientras que poco más de 40% prevé que el nivel de actividad se mantendrá.
Por otro lado, la buena cosecha y la mejora en los precios internacionales dan cuenta de que la maquinaria agrícola continuará con el buen desempeño que tuvo en 2020. “Cuando el chacarero tiene liquidez y no puede comprar dólares se da vuelta y mejora las máquinas”, reconoció un empresario en diálogo con Ámbito.
El segundo escenario planteado habla de un repunte del 5%. Fuentes de ADIMRA, aclararon que esto sucedería en el caso de que en el 2021 se transiten mayores inestabilidades macroeconómicas. El punto que más podría trastocar las previsiones es un salto brusco en el tipo de cambio.
A pesar del repunte en la segunda mitad del año, el promedio de utilización de la capacidad instalada durante 2020 fue de 48,4%.Por lo que la actividad podría crecer sin necesidad de mayores inversiones y no se espera un cuello de botella.
El año pasado la actividad metalúrgica cayó 10,3% y el empleo se desplomó un 2,5%. Se espera que la recuperación de 2021 pueda revertir el retroceso de 2020 y posicionar al sector en indicadores similares al 2019.