En ese sentido, se desplegó un trabajo en conjunto entre la Dirección de Laboratorio Bromatológico y Medio Ambiente Urbano para inspeccionar distintos natatorios y corroborar el cumplimiento de las ordenanzas vigentes.
Durante las inspecciones se verificaron la higiene y seguridad de los lugares y si se implementa las medidas de bioseguridad que rigen por la pandemia de coronavirus.
Además, “in situ” se verificaron si la calidad del agua se ajusta a la normativa corrrespondiente, como así también se controlaron que se cumplan los registros diarios de los valores de cloro y PH de las mismas. Para ello se tomaron muestras que serán analizadas en los laboratorios municipales.
También, se corroboraron que las piletas estén rodeadas de una vereda perimetral no resbaladiza; que estén expuestas al aire libre, y además, la presencia de guardavida en cada complejo.
Asimismo, los controles consisten en verificar que cuenten con los permisos y habilitaciones necesarias para su funcionamiento. Y se brinda asesoramiento en mantenimiento de las piletas buscando instruir sobre el sistema y cómo tratar el agua. De esta manera se busca contribuir al cuidado de la salud pública en esta actividad.